Comprar un arma en forma legal significa que tienes que adscribirte voluntariamente a lo que es la Ley de Control de Armas, y en ese sentido, las armerías son parte fundamental en esta legalidad”. Así lo indica Ennio Mangiola, presidente de la Asociación Gremial de Armerías, Pesca y Camping de Chile A.G. (AGAPECH), quien sostiene que para comprar un arma de fuego la ley es muy estricta con las personas. Antecedentes penales intachables, una prueba teórica sobre el conocimiento de la ley, certificado psiquiátrico, y algunas otras exigencias.
Pero también existe una normativa rigurosa para quienes comercializan armas y municiones: las armerías. Ennio Mangiola, explica que en Chile cuando quieres importar un arma se realiza una solicitud de importación. “Con esa solicitud le estoy diciendo a la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) que voy a ingresar una cantidad determinada de armas o municiones. Luego el proveedor en el extranjero envía una factura con el detalle de los modelos, marcas, números de serie, calibre, etc. Cuando ya tienes la guía aérea y las facturas de la fábrica se hace una resolución para internar”.
Luego, una vez que llegan al aeropuerto y se tiene la resolución de la DGMN son llevadas al Instituto de Investigaciones y Control del Ejército (IDIC), para su revisión y certificación de que sean, en primer lugar, armas permitidas, y también comprobar todas sus características. “Una vez que esas armas son certificadas se envían los resultados del banco de pruebas a la dirección general para que sean ingresadas al sistema y puedan entrar a la cadena de comercialización. Con ello, una vez que esta arma ingresa al siste ma ya vive con ese registro por siempre y ya es un arma legal en Chile”, detalla.
De lo anterior, el representante gremial sostiene que todas las armerías cumplen una legalidad y una estructura muy rigurosa durante todo este proceso, y todo lo que se importa en armas y municiones está registrado. “Por eso también exigimos que exista una total trazabilidad de las armas institucionales y de las policías, lo hemos solicitado. Como armerías se nos piden infinitas medidas de seguridad y resguardo, además tenemos la responsabilidad con las armas que poseemos en nuestros locales”, dice. La ley y su reglamento Ennio Mangiola sostiene que existen “exigencias” que no son obligatorias cuando una persona compra un arma. “En el año 2015 se modificó la ley y en esa modificación se exigía que todas las personas que adquirieran un arma necesitaban una certificación en un curso de tiro con las armas que van a manipular, sin embargo, ese requisito todavía no se está exigiendo porque el reglamento nunca se dictó. Por lo tanto, al no tener el reglamento dictado no se pudo dar cumplimiento a ese requisito”, finaliza.
